Omar Di Felice: Una bicicleta y una cámara de vídeo para llegar al campo base del Everest.
El Everest es un monte que se encuentra en el corazón de Nepal, y debido a su dimensión, su forma y su historia, se ha convertido en uno de los regalos más puros que nos han dado la Tierra y la naturaleza. Es por esto, que llegar a la cumbre está entre los destinos más deseados por los aventureros y exploradores del mundo. Viajar a Nepal, recorrer el Himalaya y sentir que pisas donde han pisado los deportistas más icónicos de la historia es una experiencia única y especial.
En el post de hoy vamos a hablar de Omar Di Felice, un ciclista poco común que ha conseguido coronar la cima de esta imponente montaña durante el invierno y tras haber recorrido el desierto de Gobi pocos meses antes.
¿Quién es Omar Di Felice?
Omar Di Felice nació en 1981, en Roma y ya desde niño era un fiel amante del ciclismo. En 2006 se convirtió en profesional y comenzó a competir, sobre todo en pruebas de ultracycling. Hoy en día cuenta con muchos premios en su palmarés, entre ellos, el de cruzar Italia de Oeste a este pedaleando, o el primer puesto en la Raid Provence Extreme.
Omar entrena y recorre todas sus aventuras en solitario, no cuenta con entrenadores ni acompañantes en sus experiencias. El italiano recorre al año unos 40 mil kilómetros y acumula un total de más de 500 mil metros de altura.
Además de ser un deportista fuera de serie debido a sus habilidades y a su capacidad de sacrificio, el italiano ha resultado destacar como aventurero y viajante, ya que ha llevado su bicicleta a lugares impresionantes acompañado de una cámara de vídeo con la que ha filmado sus experiencias y ha podido enseñar al mundo lo que él ve y trasladar a sus seguidores a los sitios que visita.
Una de las cosas que más sorprende de Omar, es que ha desarrollado a lo largo de su carrera una pasión por recorrer terrenos que requieren un desafío de temperatura. Fue alrededor del 2000 cuando Omar se enamoró del frío, en un viaje a Islandia. Cuando volvió, decidió que exploraría el mundo bajo la dureza del invierno acompañado de su bicicleta.
Omar Di Felice corona el Campo Base del Everest
El reto más reciente de Di Felice ha sido subir al campo base del Everest en 19 días, en pleno invierno. Partió de la capital de Nepal, Katmandú. Casi 1300 kilómetros de recorrido cruzando la región más fría y seca de Asia, Mustang, donde la temperatura de las ráfagas de viento alcanzaba los 17 grados bajo cero, atravesando el Himalaya y Thorung La, uno de los pasos de montaña más imponentes del mundo, para alcanzar el mítico campo base del Everest.
"El Everest es una montaña mítica donde se respira historia, en la que se han culminado las mayores expediciones del mundo y donde te quedas boquiabierto ante la enorme cascada de hielo, Khumbu, en la cara norte". Omar Di Felice.
Las diferencias térmicas a las que se enfrentó Omar durante su aventura fueron muy extremas. En algunos puntos de su ruta, las temperaturas alcanzaban los 20 grados bajo cero, y en otros, el termómetro llegó a marcar 35 grados. Para poder adaptarse a estos cambios climáticos, una marca de ropa técnica deportiva desarrolló un equipo especial para Di Felice. Cada prenda podía configurarse en tres modos térmicos, y se iba regulando en función de las necesidades del ciclista y de las condiciones del ambiente.
La idea de alcanzar el Everest ya le había aparecido por la mente en numerosas ocasiones. En 2017 participó en su primer “Everesting”, un reto que consiste en subir picos y cumbres en varias etapas y en un tiempo delimitado hasta alcanzar la altura equivalente a la del Everest. Pero fue tras recorrer el desierto de Gobi, cuando recordó lo mucho que disfrutaba de las experiencias solitarias, de los terrenos extremos y de las condiciones meteorológicas más duras, así que decidió añadir a su aventura en Gobi una modificación: quería batir su próximo reto en vertical. Así que, se dirigió a la capital de Nepal, donde comenzó su recorrido y pedaleó en dirección a los pasos de Kora La Pass, alcanzando un desnivel de más de cuatro mil metros y recorrió a continuación el paso de Thorung La Pass, el más alto del mundo. Tras pasar de nuevo por la capital del país, subió al campo base.
Omar Di Felice se ha convertido en el primer ciclista del mundo en alcanzar el campo base del Everest en invierno.
Omar Di Felice en el Desierto de Gobi
En diciembre de 2020 Omar decidió sumergirse en una aventura que pocos han podido disfrutar, y tras superar un accidente de coche y enfrentarse a todas las restricciones y aplazamientos de su aventura a causa del COVID-19, pudo por fin subir en su bicicleta, coger su cámara de vídeo y cruzar, en 17 días, el desierto de Gobi. Recorrió una ruta circular con origen y destino en la plaza principal de Ulan Bator, la ciudad más fría del mundo. Le llevó cuatro meses de estudio y preparación física y mental comenzar la ruta de la Winter Transmongolia, y poco más de dos semanas completarla.
Los primeros días los pasó atravesando las ciudades que le llevarían a la puerta del desierto. En el día tres de la ruta, cuando llevaba casi 500 kilómetros recorridos, llegó a la Puerta Este del desierto de Gobi que se encontraba en la ciudad de Saynshand. Aquí fue cuando la aventura realmente solitaria dio comienzo, pues de repente se encontró en mitad de un terreno completamente arisco, despoblado y vacío, donde lo único con vida que le rodeaba eran los animales completamente salvajes que corrían por el espacio ilimitado del desierto. En ocasiones, el italiano incluso de asustaba de la enormidad del mundo y la pequeñez del ser humano en comparación.
“El recorrido es muy solitario, pero sientes una presencia natural que te acompaña y te hace más ligera la fatiga”.
Pasó más de la mitad de sus noches durmiendo en condiciones de frío extremo dentro de su tienda, y el resto en pequeñas habitaciones de hotel sin calefacción ni agua caliente. Una de las cosas favoritas de Omar de aquel viaje, es que en su penúltima noche conoció a una familia nómada que le ofreció pasar la noche en su “casa”.
Durante su travesía se encontró con algunas dificultades en el terreno, que estaba principalmente constituido por arena y dunas que le hacían imposible pedalear y debía llevar su bici a cuestas. Por otra parte, el clima también le limitaba, ya que normalmente traía ráfagas de viento fortísimas y cargadas de arena que no le permitían avanzar. La temperatura, por su parte, le chocaba incluso a él, que, acostumbrado al frío radical y al calor, se despistaba al ver que, aunque luciese el sol y el cielo estuviese azul, vivía a casi 20 grados bajo cero.
“A veces parece que estoy en la Luna, otras veces en marte. Estoy rodando sobre todos los planetas aquí en el Desierto de Gobi”.
Lo mejor del viaje de Omar es que lo filmó todo, de principio a fin. Cada etapa, cada sensación. Nos trasladó al desierto a nosotros también. Cruzamos ríos helados, conocimos a la gente local, nos estremecimos al ver un espacio tan grande y vacío a la vez y nos impresionó el conocer que hay todavía lugares que no están poblados ni brutalmente manipulados por el ser humano.
Omar llegó de nuevo a la plaza principal de Ulan Bator en la noche del decimoséptimo día. Habiendo cumplido su objetivo y deseando darse una ducha de agua caliente.
Otro aventurero que pisó el campo base del Everest
Göran Kropp (1966- 2002)
Este alpinista es conocido además de por alcanzar la cima del K2, altos picos en Los Andes, en Pakistán o en Nepal, y por liderar exploraciones al Polo Norte y Sur, por coronar el Techo del Mundo, también en bicicleta, en el año 1996.
En octubre de 1995 emprendió su viaje al Everest, y lo hizo subido en su bicicleta desde la puerta de su casa en Estocolmo, y, cargado con alforjas y más de cien kilos de equipo técnico y comida, comenzó su camino hacia el campo base del Everest. Recorrió más de diez mil kilómetros. A finales de mayo de 1996 alcanzó su objetivo. Cuando bajó, deshizo el camino de vuelta a casa de nuevo subido en su bicicleta.
Tres años más tarde volvió al Everest, esta vez acompañado de su mujer, Renata Chlumska con el objetivo de hacer una campaña de concienciación y actuación por la conservación de la montaña y el medio ambiente.
Desafortunadamente, el alpinista falleció en 2002 mientras escalaba en una zona de Washington a causa de un accidente técnico.
Aunque creamos que ya está todo hecho, que ya no queda nada innovador por pensar, por descubrir o por inventar, todavía hay terrenos completamente desconocidos para nosotros, lugares que el ser humano no contempla visitar y retos que todavía no se han conseguido. La cima del Everest se ha coronado muchas veces, ¿verdad? Pero siempre habrá alguien que consiga hacerlo de una forma nunca vista y sorprenda al mundo. El próximo en lograr algo que ya se da por alcanzado puedes ser tú. ¡A qué esperas!