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10 mujeres ciclistas que pasaron a la historia

 

10 mujeres ciclistas que pasaron a la historia

Cuando te hablan del ciclismo, ¿quién pasa por tu mente? ¿Un hombre con gafas de ciclismo, casco y mallas, subiendo una colina en medio de un pelotón, o una mujer llegando a la línea meta, imponente, cansada y feliz?

Estamos bastante seguros de que nombres como Induráin evocan más que otros como Jeannie Longo o Joane Somarriba. Esto puede deberse a que el ciclismo siempre ha estado entendido como un deporte masculino, y han hecho falta muchas ciclistas, muy capacitadas para cambiar el curso de esta disciplina.

En el post de hoy te contamos la historia de 10 mujeres ciclistas que no sólo han pasado a la historia por sus logros y medallas, si no por convertir el ciclismo en un grito por la igualdad y el respeto entre hombres y mujeres, le dieron voz e imagen al ciclismo femenino.

Annie Londonderry

Annie Cohen Kopchovsky, comúnmente conocida como Annie Londonderry ha pasado a la historia por ser, además de una gran periodista, una mujer con un fuerte espíritu aventurero, que pasó a la historia por dar la vuelta al mundo subida en una bicicleta.

Annie nace en 1870, en Letonia, y se muda cuando todavía es una niña, a vivir en Estados Unidos con su familia. La infancia de Londonderry no fue complicada en comparación con la calidad de vida que predominaba en aquella época; se casó, tuvo cuatro hijos y contribuía a mantener la economía familiar vendiendo anuncios a los periódicos locales.

Fue en 1894 cuando la vida de Annie cambió por completo, pues dos empresarios de Boston le retaron, a cambio de 10 mil dólares, a dar la vuelta al mundo en bicicleta. La potencial ciclista aceptó el reto, y el 25 de junio del 85 comenzó a pedalear desde Massachusetts, equipada con una falda larga y una bicicleta que llevaba en su parte trasera un cartel pegado que anunciaba la “New Hampshire's Londonderry Lithia Spring Water”, una empresa que pagó 100 dólares a Annie por promocionarla.

15 meses más tarde, el periódico New York Times publicó una noticia que seguía al siguiente titular: “La señorita Annie Londonderry ha llegado a Nueva York después de dar la vuelta al mundo en bicicleta”.

Annie Londonderrt - mujeres ciclistas que pasaron a la historia

Tillie Anderson (1875)

Tillie Anderson nació en 1875, en un mundo que todavía no aceptaba que las mujeres pudiesen pedalear, correr, o practicar cualquier tipo de deporte, entendido todavía como una competencia únicamente masculina.

Anderson nació en Suecia, pero desarrolló su carrera como ciclista en Estados Unidos. Durante su adolescencia trabajó como costurera y fue ahorrando todo lo que tenía para comprarse su primera bicicleta. Y lo hizo. Caracterizada y conocida por ser una persona decidida y con un carácter fuerte, Tillie comenzó, a la edad de 18 años a competir en circuitos de ciclismo, a ganar, y a batir marcas que no se habían superado hasta su llegada. Aunque también destacaba en otros deportes de resistencia y hacía muy buenos tiempos en carreras a pie, su pasión era el ciclismo. Participó en más de 130 carreras a lo largo de su vida, coronando el primer puesto en todas menos en siete de ellas.

Tillie tenía 20 años cuando se le reconoció como la mejor mujer ciclista del mundo.

En el año 1896, Susan B Anthony, una mujer referente en el sector de la lucha por los derechos humanos, y conocida por el importante papel que jugó en la batalla por conseguir el sufragio femenino, afirmó lo siguiente: “Dejadme contaros lo que pienso sobre el ciclismo. Ha hecho más por la emancipación de la mujer que otra cosa en el mundo. El ciclismo aporta a la mujer un sentimiento de libertad, de confianza en si misma. Apoyo y me emociono cada vez que veo a una mujer pedalea sobre dos ruedas… veo la imagen de la feminidad libre e ilimitada.”

Tillie Anderson (1875)

Hélène Dutrieu (1877)

Hablamos de Hélène Dutrieu en este post por su relevante papel como ciclista en la historia del deporte, pero el resto del currículum de esta mujer es como poco, digno de mención. Dutrieu fue además de campeona de ciclismo, piloto de coches de carreras, enfermera y conductora de ambulancias durante la primera guerra mundial. Fue la segunda mujer aviadora de la historia.

Este icono de referencia para todos nació en 1877 en la ciudad belga de Tournai. Con 14 años tuvo que dejar los estudios y comenzar a ganarse la vida, ya que su padre se encontraba sin empleo y las necesidades económicas se acumulaban sobre ellos. A los 15, cuando desistió en su intento de encontrar un trabajo que se adaptase a sus gustos, decidió encaminarse hacia una nueva vía, la de la competición ciclista, que iba abriéndose poco a poco hacia la participación femenina. Fue entonces cuando comenzó a interesarte realmente por este deporte desconocido hasta la fecha para ella, sobre todo en las carreras de velocidad, donde resultó destacar muy por encima del resto. Su reputación comenzó a crecer y pronto traspasó las barreras de Bélgica y el mundo comenzó a llamarla “la flecha humana”.

Entre los premios más importantes de Hélène, destacamos el Récord de la hora (1895), el campeonato mundial de velocidad en pista (1897) o el Gran Premio de Europa (1898).

Además, Dutrieu también se acercó al mundo del espectáculo; entre competición y competición, participaba en diferentes circos y teatros, donde realizaba increíbles acrobacias y saltos con su bicicleta. En ocasiones también se ayudaba de una motocicleta o de coches.

Hélène supero las barreras de lo imposible, y convirtió su vida en una lista de retos conseguidos constante.

Hélène Dutrieu (1877)

Alfonsina Strada (1891)

Alfonsina Strada también cambió la historia del ciclismo femenino en 1924, cuando compitió, rodeada de hombres en la carrera ciclista “Giro de Italia”.

No es de extrañar que se convirtiese en un referente y en un símbolo de libertad para las mujeres de su época ya que, mucho antes de darse a conocer mundialmente, Strada ya batía records a pedales.

A la edad de 10 años, descubrió el mundo del ciclismo, y sintió que había nacido para practicarlo. En 1911 ya se coronó con el primer puesto en el récord de La Hora femenino en el que, además, hizo la mejor marca de la historia. En 1917 decidió apuntarse para competir en el Giro de Lombardía, una carrera en la que, hasta el momento, sólo habían participado hombres. Quedó en el puesto 32. No obstante, paralelo a la euforia y la felicidad de Strada por dar voz a las mujeres deportistas y por ver su trabajo reconocido, a los organizadores de los torneos y competiciones ciclistas no les pareció pertinente que esta mujer se introdujera tan de lleno en el mundo del ciclismo, por lo que prohibieron terminantemente la participación femenina en los campeonatos. Por ende, el Giro de Italia del 24 escapaba al alcance de Alfonsina, que competitiva y luchadora hasta el final de sus días, se prometió que iba a participar en la carrera.

Algunos de los organizadores y patrocinadores de este evento mundialmente conocido le ayudaron a inscribirse, en secreto, bajo el nombre de Alfonsín Strada, y así, bajo un seudónimo masculino, la ciclista pudo participar. Aunque su identidad fue descubierta y se le descalificó de la carrera, Alfonsina decidió no abandonar y llegó a la meta de manera extraoficial. Se convirtió en la primera, y única mujer de la historia en participar en un Giro de Italia.

La bicicleta se convirtió en un icono de la lucha por la igualdad, en una bandera que hondeaba por los derechos de las mujeres, y Alfonsina fue la gran, y eterna portadora de su mástil.

Alfonsina Strada (1891)

Beryl Burton (1937)

Fue la determinación y no las facilidades lo que llevaron a Beryl Burton a convertirse en una leyenda británica del ciclismo femenino y del deporte en general.

Lejos de querer destacar como ciclista profesional y llenar su habitación de medallas, cosa que resulta curiosa porque finalmente se galardonó con más de cien títulos nacionales e internacionales, Burton decidió entrenar durante toda su carrera como ciclista aficionada. Trabajaba en el campo y en la granja, lo cual le permitió desarrollar un cuerpo fuerte, y el resto del tiempo lo invertía en pedalear, llegando a recorrer casi mil kilómetros a la semana.

Burton destacaba por encima de los demás en las categorías de pista y de ruta, y aunque no le sobrasen premios ni reconocimientos, podríamos decir que su logro más destacado tuvo lugar en el año 1967, cuando ganó en una carrera de resistencia en la que competían hombre y mujeres por igual.

La ciclista siempre contó con el apoyo de su familia y de su marido, que le ayudaba a inscribirse en clubs de ciclismo y le resolvía las posibles dudas que ella pudiese tener en cuanto a aspectos mecánicos de la bicicleta. Su perseverancia, su carácter competitivo, sus habilidades sobre las ruedas y su determinación, le convirtieron, durante 25 años consecutivos, en la mejor ciclista británica de la historia.

Beryl Burton (1937)

Marianne Martin (1957)

Un verano de 1984, Marianne Martin cruzaba la línea de meta en Los Campos Elíseos convirtiéndose en la primera mujer en ganar el Tour de Francia femenino.

Aunque este circuito ya había hecho el amago de crear un recorrido para mujeres ciclistas en 1955, no se realizó de forma oficial hasta 1984.

Antes de dedicarse al ciclismo, Martin era corredora, pero debido a una lesión en la espalda, su carrera como runner llegó a su fin para dar comienzo a una fructífera etapa sobre ruedas. La ciclista desarrolló una pasión pura por el ciclismo, le gustaba entrenar, competir y ganar, y le llevó pocos años, aunque cargados de esfuerzo, médicos, terapeutas y mucha fortaleza mental, alcanzar el más alto nivel.

El Tour de 1984 comenzaba a calentar motores cuando Marianne decidió que tenía que participar, fuera como fuese, aunque no se sintiese todavía fuerte y recuperada de su lesión corporal y de la fuerte anemia que padecía cada primavera. No obstante, Marianne comenzó a entrenar, de una manera inteligente, con límites, con objetivos. El primer gran paso para alcanzar la competición lo dio cuando se confirmó su selección en el equipo estadounidense para el Tour de Francia femenino.

El trabajo duro y consciente junto con la capacidad de sacrifico, de observación y de saber aprender de los demás, llevaron a esta ciclista estadounidense a ganar el primer Tour de Francia femenino jamás celebrado.

Tras alcanzar este reto, Marianne dejó el ciclismo, abrió un negocio de fotografía y sustituyó la bici por los caballos. Los sueños son ilimitados, y la capacidad de hacerlos realidad, por lo visto, también.

Marianne Martin (1957)

Jeannie Longo (1958)

Jeannie Longo es probablemente la mejor ciclista de todos los tiempos. Nació en Francia, en 1958 y no encontró rival que la derribase en ningún momento de su carrera. Quizá por eso, el contrincante más duro que encontró durante toda su vida, fue ella misma.

La ciclista tendió en muchas ocasiones a batir sus propios records, intentando de hecho, lograr superar su propia marca en el reto de la hora durante 15 veces, todas frustradas. Longo se dedicó a romper las barreras que ella misma había construido, para superarlas y llegar más allá.

Sus 12 títulos a nivel mundial, cuatro medallas olímpicas, casi 40 medallas entre campeonatos mundiales y campeonatos de Francia, y tres participaciones en 3 Tour de Francia, entre otros muchos galardones que se acumulan a su palmarés, no apaciguaban a la ciclista que en ocasiones era incluso criticada por su fuerte carácter y sus polémicas con otros corredores y deportistas.

Entre sus muchos intereses, también se encontraban, mundo de los negocios, la innovación de material y la nutrición, y los aplicaba sobre el ciclismo y el deporte en general. Además, se licenció en la carrera universitaria de matemáticas y destacó en otras competencias como el esquí.

Su ambición no tenía limite alguno y siguió compitiendo hasta pasados sus 53 años de edad. Por desgracia, se vio envuelta en varios casos de dopaje que ensombrecieron de alguna manera su brillante carrera.

Mujer Ciclista Jeannie Longo (1958)

Joane Somarriba (1972)

Le tenemos especial cariño a esta ciclista porque representó a España en tres Tour de Francia.

La deportista vasca, nació en la localidad de Sopelana en 1972 y comenzó a sentir pasión por el ciclismo gracias a su padre, que disfrutaba de dar largos paseos cerca del mar montado en su bicicleta y acompañado de sus tres hijas, una de ellas, Joane. Antes de cumplir 10 años, Somarriba ya estaba inscrita en un club de ciclismo, y a raíz de ese momento, la ciclista comenzó a destacar. En 1986 se proclamó campeona de Euskadi, y al año siguiente, de España.

En 1991 su carrera se estancó, en un principio de manera definitiva, cuando una intervención quirúrgica, ocasionada a raíz de una hernia discal, le paralizó el cuerpo por completo y se le informó de que no volvería al mundo del ciclismo jamás. Pero la mente es poderosa y las ganas de vivir también, así que, tras un año de esfuerzo, rehabilitación y coraje, Somarriba volvió a subir en su bicicleta, y tres años más tarde volvió a galardonarse con el premio de campeona de España. A este, se sumaron consecutivamente, dos triunfos en el Giro Donne y su debut en el Tour de Francia. Tras dos derrotas consecutivas en el Tour, en el año 2000, logró cruzar la meta con una medalla de oro como recompensa. 

En el año 2005, la ciclista consideró que era un buen momento para retirarse de la vida profesional, pues había logrado sus sueños. Una vez más, la perspicacia y el ansia de superación dieron sus frutos y convirtieron a Joane en la mejor ciclista española de todos los tiempos.

Joane Somarriba (1972)

Nicole Cooke (1983)

Debe ser muy gratificante celebrar una medalla Olímpica y un campeonato mundial de ciclismo en el mismo año, ¿verdad? Pues Nicole Cooke, ciclista británica, tuvo el orgullo de hacerlo con 25 años.

Como el de tantas otras, el sueño de Cooke siempre fue participar en el Tour de Francia y ganar una medalla olímpica, y lejos de quedarse solo en un deseo, y consciente de que su ambición superaba los límites de la comodidad, comenzó a luchar, con 11 años, por conseguir lo que ansiaba.

Según avanzaba su trayectoria como ciclista profesional, se convirtió en la mujer más joven en ganar el Campeonato Nacional de Gran Bretaña en la categoría de carretera, a la edad de 16 años.

Nicole consiguió tachar de su lista ambos, el Tour y la medalla olímpica, no sin haber sufrido y haber aprendido a afrontar la derrota con anterioridad. Tras perder en el intento en su debut en los Juegos Olímpicos de Atenas, la ciclista alcanzó el oro en las olimpiadas de Beijing en 2008. En lo que respecta al Tour, Cooke se proclamó ganadora en 2006 y 2007.

La ciclista se retiró en 2013 de su carrera profesional, y criticó duramente a través de los medios que desapareciese, en 2009 la categoría femenina del Tour de Francia.

En 2021, tras 12 años congelado, el Tour vuelve a acoger a las mujeres en sus carreteras.

Nicole Cooke (1983)

Marianne Vos

Esta ciclista de origen neerlandés comenzó a competir a la temprana edad de 8 años, y diez años más tarde ya era una deportista profesional consagrada. Aficionada al ciclismo desde que era niña, comenzó a soñar y a imaginarse a si misma compitiendo en el famoso Tour de Francia. La imaginación se volvió tangible y Marianne Vos comenzó a trabajar por llegar más lejos que nadie en el mundo del ciclismo.

Destacó en las modalidades de pista, carretera, ciclismo de montaña y ciclocross, adquiriendo con 19 años, su primer título mundial en las categorías de Cross y Carretera. Su carrera prometía y la ciclista no defraudó: en 2008 se llevó un oro olímpico y siguió aumentando exponencialmente su palmarés.

Con 25 años, Vos ya había participado en cinco campeonatos mundiales de Cross, se había coronado como campeona del mundo dos veces, de Europa una, y disfrutaba de sus medallas olímpicas bien merecidas.

Aunque todo parecía gloria y felicidad en la vida de Marianne, la deportista también sufrió. El exceso de entrenamiento, la presión mediática y la embriaguez del haberlo alcanzado todo, abocaron a la ciclista en un vacío en el que se sentía abrumada y perdida, y finalmente, sumida en una depresión. Tras tres años de descanso, recuperación y esfuerzos por alcanzar la ansiada salud mental, volvió a subir a su bicicleta, a competir, y a alcanzar el podio. 

Lejos de querer convertirse en un personaje famoso, guiado por el qué decir, cómo decirlo y qué aspecto presentar al público, Vos se involucró sobremanera en la tarea de hacer visible el ciclismo femenino, luchar por la igualdad entre hombres y mujeres ya no solo en el ciclismo, si no en todos los aspectos de la vida y en abrir las puertas, motivar y dar voz y poder a todas las niñas y mujeres que deseen subir en una bicicleta y pedalear.

Marianne Vos

Tras este recorrido por las historias, experiencias y logros de estas 10 mujeres, esperamos que, si te gusta el ciclismo, empieces hoy a practicarlo y, si no es este deporte sino otro el que ocupa tu mente y tus sueños, te animamos a que lo persigas. Si una mujer pudo dar la vuelta al mundo en bicicleta en el siglo XIX, ¿Realmente existe lo imposible?