LA NIEVE: ¿ARTIFICIAL O NATURAL?
Independiente del lugar del planeta en el que nos encontremos, todos estamos familiarizados con la nieve. Es más, ya se encargó la borrasca Filomena de que al menos presenciáramos una buena nevada una vez en la vida. Pero también reconocemos la nieve en películas, fotografías, libros… ¡estamos familiarizados con ella! Y aun así, son muchas las personas que no sabrían explicar cómo se forman realmente los copos de nieve. ¿Tú lo sabes? Y como esa pregunta, nos surgen tantas otras en relación con la práctica del esquí y del mantenimiento de la nieve en las estaciones y pistas. La realidad es que a todos nos gustaría esquiar sobre nieve que únicamente cae del cielo, pero en este artículo veremos cómo en muchos casos nos vemos obligados a recurrir a la nieve artificial. ¿Qué son y cómo actúan los cañones de nieve? ¿Qué diferencia hay entre nieve natural y nieve artificial? ¿Existe algún efecto perjudicial fruto de la producción de nieve artificial? Estas y otras cuestiones son las que trataremos en el artículo de hoy.
¿CÓMO SE FORMAN LOS COPOS DE NIEVE?
Sorprendentemente, este efecto meteorológico tan mágico que es la nieve lo investigan un gran número de personas alrededor del mundo. De hecho, es objeto de estudio y se le conoce como nivología. Y no, no no es brujería ni fantasía.
La formación de un copo de nieve tiene su punto de partida en la zona más alta de las nubes. Ahí hace mucho… ¡mucho frío! En esa región de la atmósfera la temperatura es inferior a 0ºC y, sin embargo, las gotas de agua se encuentran en estado de subfusión. ¿Qué quiere decir eso? Básicamente, que el agua se mantiene en estado líquido en lugar de convertirse en hielo, que es lo que le ocurre normalmente al agua pura cuando alcanza los 0ºC y se somete a 1atm de presión.
Dejemos los tecnicismos a un lado… ¡sigamos con el proceso! En este punto tendríamos, como decimos, el agua en estado líquido. Bien pues estas gotas entran en contacto con partículas microscópicas (que puede ser polvo, polen, u otras sustancias sólidas de ínfimo tamaño), y se congelan, formando un cristal de hielo. ¿Qué forma tiene ese cristal? Hexagonal. Esto es importante para entender la geometría de un copo de nieve, que siempre se representa con pequeñas líneas que parecen partir de un mismo punto. ¿O es que no te acuerdas de cuando había que pintarlos en el colegio? Porque lo cierto es que la forma final de un copo de nieve se adaptará a este prisma hexagonal, haciendo que ningún copo sea igual que otro. Al fin y al cabo, dependiendo de las condiciones de humedad y temperatura que van ocurriendo en el interior de la nube, el crecimiento y formación de los copos variará.
A partir de aquí, el copo comienza a crecer y a desarrollar sus ramificaciones a medida que entra en contacto con más micropartículas, y también por el paso al estado sólido del vapor de agua contenido en la atmósfera, en donde se está formando el propio copo. Nosotros, que nos encanta esquiar y que hemos visto mucha nieve en distintos lugares, nos hemos hecho otra pregunta: ¿cómo es posible que haya copos estéticamente más bonitos que otros? Porque, al fin y al cabo, ¡es cierto! Hay unos copos cuyas ramificaciones son casi esculpidas por una mano humana… Esto pasa porque el vapor de agua de la atmósfera se convierte de forma directa en cristal de hielo, sin dejar tiempo a que se unan más partículas que difuminen su “diseño”. Es decir, ese prisma hexagonal que comentábamos será mucho más visible y, por tanto, más estético.
Y es entonces cuando varios de estos copos se juntan, llegando tener una densidad suficiente como para pesar y descender, y comienza la precipitación, es decir, comienza a nevar. Así que… sí, algo de mágico tiene. Pero en realidad es lógica pura.
¿Y dónde metemos a la conocida “aguanieve” en todo esto? Realmente no son considerados copos de nieve como tal porque su proceso tiene origen en las gotas de lluvia, cuando se congelan total o parcialmente al atravesar región fría de la atmósfera. Sencillamente, es agua hecha nieve, así que los meteorólogos juntaron las dos palabras y de ahí el término.
NIEVE NATURAL VS NIEVE ARTIFICIAL
El ser humano tiene la tendencia de recrear de forma artificial aquello que nos da la naturaleza, para obtener así sus beneficios de la misma forma, pero evitando acabar con los recursos que el planeta nos ofrece. Veamos entonces cuál sería la diferencia entre la nieve natural y la nieve artificial.
Actualmente, estamos acostumbrados a que las pistas de esquí abran todas las temporadas sin excepción alguna. Pensamos: “Es invierno, nevará y las pistas e cubrirán de nieve, evidentemente”. Sin embargo, hasta hace relativamente poco, las estaciones de esquí estaban a expensas de la climatología, por lo que abrir o no dependía de si nevaba lo suficiente como para tener un terreno de calidad para esquiar, y lo que parecía tan evidente, entonces no lo era tanto.
Hay muchos detractores de la palabra nieve “artificial” por la connotación negativa que eso otorga al concepto. Pero, al fin y al cabo, no es más que una percepción errónea del término, puesto que su significado viene a decir “que lo ha fabricado el hombre”. La producción de nieve artificial se descubrió realmente de casualidad, cuando en los años 40 un grupo de científicos canadienses estaban estudiando el efecto del hielo sobre los motores a reacción de los aviones. Para recrear las condiciones climatológicas en las que funcionan dichos aviones, probaron este experimento a temperaturas muy bajas y usando un túnel de viento, con el objetivo de comprobar si se formaba hielo en el motor cuando lo rociabas con agua. ¿El resultado? Que al otro lado de la turbina se formaba nieve. ¡Imagínate la cara que se les quedaría a los científicos! Al ver esto, decidieron parar de vez en cuando para retirar toda esa nieve que se iba produciendo y así poder despejar la habitación. Se cree que estas fueron las bases para que la empresa americana Tey Manufacturing Corporation construyeran los primeros cañones de nieve como tal, de los que hablaremos más adelante en este artículo.
¿POR QUÉ SE NECESITA CREAR NIEVE ARTIFICIAL?
Esta es una gran pregunta relacionada con lo que decíamos en el apartado anterior. Estamos demasiado acostumbrados a que nieve. Con ese “demasiado” hacemos mención a nuestra tendencia a pensar que con una capa de nieve es suficiente para deslizarnos por una pista de esquí, y no es del todo cierto. La misión de las estaciones de esquí, desde que se descubrió el sistema de producción de nieve artificial, es la preparación de las pistas en cuestión antes del comienzo de la temporada. ¿Cómo se preparan las pistas de esquí? Muy fácil (aunque económicamente, no tanto): cubriendo con nieve artificial la montaña antes de las primeras nevadas. Con esto se consiguen dos cosas importantísimas. ¿Sabes cuáles son?
La primera es que se forma una capa de nieve que actuará de base para las consiguientes precipitaciones de nieve natural. La calidad resultante, por lo tanto, será óptima para el deslizamiento de los esquiadores y snowboarders. Por otro lado, con este primer manto de nieve, las estaciones consiguen desligarse ligeramente de la climatología de la zona. ¡Ya no dependen tanto de que empiece la temporada con una buena nevada! Podrán abrir sus puertas con nevadas suaves.
LOS CAÑONES DE NIEVE
¿Cómo funciona un cañón de nieve realmente? ¿Cuánto cuestan? ¿Se ponen en todas las estaciones de esquí? ¿Funcionan bajo cualquier condición meteorológica?
Tal y como rescatábamos del apartado anterior, el descubrimiento fortuito de la producción de nieve desembocó en el desarrollo de los llamados cañones, pero no fue hasta principios de la década de los 50 que se pusieron por primera vez en una estación de esquí. Fue en Estados Unidos donde estos pioneros mecanismos comenzaron a mezclar agua y aire a presión, lanzándolo luego al aire para que se formaran los copos. Sin embargo, el resultado era parecido al de bolas de hielo y, por tanto, la calidad de la nieve en las pistas resultantes no era tan buena como cabía esperar.
Dos décadas más tarde la empresa americana SMI patentaría un modelo de cañón de nieve con las correspondientes modificaciones, modificaciones que hicieron que el diseño fuera completamente nuevo y eficiente. Sin embargo, estos cañones dependían de la temperatura ambiente para la formación de los copos, y esto nos lleva a resolverte la siguiente pregunta que seguro que te surge: ¿se pueden poner cañones de nieve en cualquier tipo de condición climatológica? La respuesta es no. Veamos por qué.
Este modelo de cañón, que ahora mismo se conoce como cañón de baja presión es el mismo que se sigue utilizando a día de hoy en las estaciones (con ligeramente alguna variación) y seguramente lo sepas reconocer en un simple vistazo. Tal y como decíamos, dependen de la temperatura exterior para la formación de los copos, puesto que funcionan lanzando pequeñas partículas de agua que entran en contacto con los núcleos de hielo generados en los llamados nucleadores. Es decir, que la temperatura adecuada sería capaz de consolidar esta unión entre el agua y el núcleo de hielo. Pero ojo, ¡no estamos hablando de la temperatura ambiente! Hablamos de la temperatura húmeda. ¿Qué es la temperatura húmeda? Es la temperatura más baja que puede alcanzar el aire sólo por evaporación y, por lo tanto, depende de la temperatura ambiente y de la humedad relativa del aire. La temperatura húmeda que necesitará un cañón para esta producción de nieve deberá de ser inferior a -2,5ºC así que, ¿entiendes ahora por qué hay ocasiones en las que no se pueden usar esos cañones? No es que la estación no quiera, sino que, aunque la temperatura ambiente sea inferior a 0ºC, si la temperatura húmeda no gira en torno a los -2,5ºC directamente es que no se puede.
Lo mismo estos cañones a baja presión no son los que has visto físicamente en las estaciones. Tal vez, por el contrario, te has encontrado con los conocidos como lanzas de nieve. ¿Te suenan más? Se disponen a los lados de las pistas y tienen una gran altura porque no tienen un ventilador, como sí que tenían los de baja presión. ¡Pero realmente funcionan de la misma manera!
IMPACTO MEDIOAMBIENTAL DE LA NIEVE ARTIFICIAL
Como esquiadores, independientemente del nivel que tengamos cada uno, necesitamos de la nieve para practicar este deporte. Sin embargo, desde la aparición de los sistemas de producción de nieve artificial, muchos ecologistas se han encargado de abrir el debate que tal vez a ti también te ha venido a la mente en la lectura de este artículo: ¿cuál es el impacto medioambiental de la producción de nieve artificial?
Tal y como hemos visto, la producción de nieve se centra en los cañones. Estos cañones funcionan a base de dos fuentes: energía eléctrica, por lo que tendrán su huella de carbono correspondiente; y agua. Y pensarás: “bueno, ¡al menos las zonas montañosas en España no son zonas donde escasee el agua! Y es cierto, pero la creación de embalses puede alterar el ecosistema de la región, y ahí es donde los ecologistas ponen el foco. Aunque cabe destacar que el aumento de las temperaturas a medida que termina la temporada de esquí, hace que ese agua vuelva a su ciclo natural.
Poco a poco, todas las industrias se vuelcan en la persecución de soluciones ante el cambio climático que acarrea nuestro uso abusivo de los bienes de la naturaleza, y el sector de la nieve no iba a ser menos. Cada vez son más los retos que nos plantea el planeta y, como seres humanos, somos los encargados de hacerles frente. Lo importante, en primer lugar, es concienciar a la población para que, en mayor o menor medida, todos podamos poner nuestro granito de arena o… mejor dicho: nuestro copito de nieve.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
- ¿CÓMO SE FORMA LA NIEVE?
La nieve es un efecto meteorológico que cae en forma de precipitación de copos de nieve. Los copos de nieve tienen su origen en la parte más alta de las nubes, en la que las temperaturas son muy bajas y se forman prismas hexagonales. A partir de ahí, entran en contacto con micropartículas, como pueden ser polvo u otros elementos, y el copo va creciendo y aumentando de tamaño hasta que tiene el peso suficiente como para empezar a descender. Las condiciones en las que se da este proceso son precisamente las que se tratan de replicar en los sistemas de producción de nieve artificial para conseguir el mismo resultado y hacer que las estaciones no dependan de si nieva de forma natural o no.
- ¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE LA NIEVE NATURAL Y LA NIEVE ARTIFICIAL?
La diferencia que existe entre la nieve natural y la nieve artificial es su proceso de síntesis. La nieve natural es generada por la propia naturaleza, mientras que la nieve artificial trata de replicar las mismas condiciones unos cañones con nucleadores y dispersor de partículas de agua. Estos se disponen en las pistas de esquí de las estaciones para garantizar la calidad de la superficie y, de esa manera, ayudar a la naturaleza a que se cree el escenario óptimo para el esquiador.
- ¿CÓMO SE HACE LA NIEVE ARTIFICIAL?
La nieve artificial se crea mediante cañones de nieve con unos sistemas que actúan con agua y presión. Su uso está generalmente enfocado a las pistas de esquí, especialmente durante el periodo de preparación del terreno, ya que actuará como base para el resto de nevadas naturales que se produzcan durante la temporada. Por otro lado, también ayuda al mantenimiento de la pista, y por eso seguramente te son familiares.
- ¿HAY NIEVE ARTIFICIAL EN TODAS LAS PISTAS DE ESQUÍ?
No necesariamente, aunque lamentablemente, el cambio climático ha obligado a los responsables y organizadores de las estaciones a pensar en soluciones para las escasas nevadas, o la calidad mediocre que resulta al depender únicamente de ellas. El empleo de nieve artificial como algo “extra” en una pista garantizará su apertura en la temporada correspondiente, y en España ya cubre más de la mitad de las pistas de las principales estaciones de esquí.